PASIONES
DORMIDAS
Un gran
letargo se adueñado de mi ser y sin darme cuenta he dado un largo viaje
sin retorno.
Ya me
olvidé de los ingredientes que tiene el sentimiento, su
sabor, el olor, el placer y el amor, que con su fuerza de erotismo,
son indispensable para la gran cena fantástica que preparaba con
esmero.
La
adornaba con mimos, caricias, miradas, lencería y copas de cristal, el juego de seducción se hacia presente, aperitivo principal para la cena.
En el ambiente
un grito silencioso madrugador de luz tenue, cortinas, sábanas, espejos y
presencia de cuerpos sedientos de darse el uno al otro, como si fuera el último
minuto de sus vidas… Hoy solo queda un vago recuerdo, ya casi olvidado
pués, ya no siento nada.
Mis
pasiones dormidas reposan en mi balcón, en el balcón de Bea.
Beatriz Martín
03/2011
03/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario