GALÁN DEL VESUBIO CAP. XI …. EL INTENTO

Las murmuraciones por la calle San lucas no se hicieron esperar, Pina a pesar de adorar a su bambino le gustaba mas un chisme que un caramelo, y entre las porteras del lugar no se hablaba de otra cosa de los cuernos de Don Bruno y las infidelidades del galán ya famosas, entre Georgina  y Antonella.

Pina disimulaba y clamaba cómo es posible que ¡Ese sinvergüenza haga eso!,- “pero la Antonella es peor está casada cómo no le da vergüenza” . En el fondo Pina estaba feliz se creía que tenía a Piero solo para ella.

Piero, no se daba por vencido a pesar del riesgo de pasar por el Bianchi, tenía entre ceja y ceja a Pina, a pesar de la amenaza del marido quería intentarlo,  así que se acercó con la acostumbrada rosa blanca que le regala, Pina lo observa desde lejos, así que enseguida se desentiende del chisme. - Me tengo que ir a trabajar, ya nos veremos, chao y  a paso rápido llega al portal del Bianchi disimuladamente se pone a recoger hojas del jardín de la entrada.

- Hola  mi dulce Pina, que radiante estas hoy y  del otro lado de la reja le entrega la rosa blanca.

- Mi bambino tiene unas cosas y el rostro de Pina se enciende al rojo vivo y su cuerpo se estremece entre el miedo que saliera Franco. 

- Te habrás enterado  que Antonella descubrió todo, tú sabes mi dulce Pina que solo era para darle cariño ella se sentía muy sola, además era una relación sin futuro.

- Si mi bambino lo sé sabía que no la tomabas en serio pero cuénteme que le trae por aquí.

- Solo vine a saludarte me he acordado mucho de ti en estos días , Piero se arriesga y entra al jardín para tenerla mas cerca,  ella retrocede hacia un rincón oscuro detrás de los arbustos disimulando con el rastrillo seguía recogiendo hojas estaba poblado de arboles  muy frondosos que impedía la visibilidad.

- Tú  sabes que siempre me  has gustado mi dulce Pina mira este poema lo he compuesto pensando en ti y las miradas de complicidad no se hicieron esperar, el aroma de sus cuerpos se enciende en el ambiente y el aliento clama ganas de besar juegan con sus rostros entre el miedo y el deseo  se sentía solo piel . Pina tenía años que no la tocaba su marido y sus ganas eran ardientes y a Piero le tenía loco sus caderas, pero sabía que era arriesgado así que prefiere ir despacio mientras juegan con la miradas los labios lentamente se acercan se miran, sus lenguas juegan, se rozan, se tocan se chupan y  el exquisito juego los tenía seducidos en segundos …- ¡ Bambino qué haces puede venir Franco! Piero la besa profundamente y los labios se humedecieron hasta el cielo,  sus cuerpos  entre el miedo y las ganas,  retrocede – no mi bambino, mi marido vendrá.

- Ven aquí mi dulce Pina, no me dejes así , creo que me estoy enamorando de ti.

- No , vete anda, luego pásate.

- Volveré mi dulce Pina y los dedos de Piero rozaron sus labios y con un guiño se despide.

En frente lo observaban y Mar se  muere de dolor.

Continuará…

Beatriz Martín