Un lejano océano
me seduce,
una historia en
la piel me cubre,
quedando sorda ante tus ganas,
en mis deseos tu
nombre me llama.
La herida se
cierra bajo tu huella,
la esperanza cura su llaga,
la dicha te espera.
mientras me
alimento de tu playa.
Navego entre tus
aguas
al naufragar y no
tenerte,
a la ausencia de
tus besos,
que se ahoga en
mis deseos.
Aromas bravíos de
tu reflejo,
te descubro
detrás de mi cuello
unos pasos
sigilosos están ansiosos,
para empaparme de
placer en mi tesoro.
©Beatriz Martín
22/08/18