Final del Capitulo I
Pina inquieta por no haber entregado el
recado a su bambino amado, sube al tercero A y toca la puerta, con insistencia,
de Doña Antonella.
-¿Quién es?
-Doña Antonella, soy Pina
Antonella abre la puerta rápidamente,
sabe que algo pasa Pina es muy prudente y con voz ansiosa y un poco alterada le
dice - ¡Pina!, espero que se lo hayas dicho, mi amore se molestará mucho como
no llegue a la cita, lo sé, lo conozco muy bien, no lo quiero perder yo le amo
con todas mis fuerzas , cuéntame que te dijo , dime rápido que Bruno está por
llegar y no puede verte por aquí, ya lo sabes.
Pina, mujer de cuerpo cansado, bajita ,
de caderas anchas, ojos almendrados de color verde y de mirada profunda con
cara graciosa, a pesar de sus cincuenta y cinco años sigue resultando llamativa
para los hombres, llena de angustia y
asustada casi le grita,
-
¡ No! , no lo he visto, mi marido hoy le ha dado por recoger todas las hojas
secas del portal, no he podido salir y tampoco ha pasado a saludarme,…Lo siento
mucho Señora pero hoy si es verdad que no le puedo ayudar y del pecho se saca
el papel que ella le había entregado
para la cita, le abre la mano a
Antonella, cierra la mano como si de un puño se tratara y como si el diablo la
persiguiera, se marchó corriendo asustada a sabiendas que lo que estaba
haciendo no era muy honesto .
Antonella desesperada no sabía ya que
hacer ¡mamma mia! qué hago dando vueltas por la terraza pareciera que se fuera
a quemar la cerámica con la furia de sus vueltas.
- Amore mio!, ya he llegado y con un beso
apasionado en la boca se saludan, mientras él la piropea exaltando su belleza,
pareciera que fueras a salir le dice, mi linda esposa ¡ que hay de comer hoy !
tengo muchísima hambre.
-Mi Bru querido, macarrones con
salsa al pesto y milanesa que tanto te gusta, si voy a salir mi madre me ha llamado
para que vaya a casa necesita que le tome unas medidas a una tela para un
vestido que se quiere hacer.
- ¿ Desde cuando tú eres costurera ? la
madona y sus manías
-Ya la conoces, no le gusta que le toque
ninguna modista jajajajaja solo yo, así que saldré un momento pero enseguida
regreso.
- ¿ Me vas a dejar comiendo solo ? eso si
que no ehhh tengo que regresar a la oficina, llama a tu madre y dile que iras después
, sírveme la comida y no me pongas esa carita de pena mi Anto, sabes que no me
gusta comer solo, ven aquí anda y tengamos la fiesta en paz.
Las olas rompían pasiones a casi a
doscientos metros del chalet de Piero, olas que morían para volver a sonar en
los suspiros presintiendo la bella velada que iba a disfrutar junto a su
querida Antonella, él empezaba a desesperarse pues estaba acostumbrado a
tenerla antes de la hora como un clavel… su hombría estaba casi trastocada,
comenzó a pensar en Gina su preciosa vecina, una mujer divorciada de cabellos
rubios y con unas caderas que se movían como un flan goloso … Ella estaba
enamorada de él como una gata en celo y él lo sabía la adulaba y en su
seducción no dudaba de hacer todo lo posible para tenerla en sus brazos y
recibir sus amores siempre dejándola para casos como este en el que la cita
prevista le fallaba .
Piero esperó la hora conveniente aunque
sabía que Antonella ya no vendría… con la excusa de pedir azúcar para
prepararse un café le tocó la puerta en casa de Gina,
– Mi amore que sorpresa tan bonita me has
dado, pasa y siéntate ¿cómo estás dulce
Piero?. Él cogiéndola por la cintura suavemente le susurra dulces palabras al
oído, mientras le muestra un verso de amor que con maledicencia ya usual en su
manera de hacerle creer que han sido inspirado y escrito para ella… sin
mas preámbulos se la lleva al jardín y allí acompañados con el crujir del mar
embravecido se funden en un fuerte y deleitoso abrazo encendido mientras sus
lenguas se saboreaban por sus rostros y cuello, dando lugar a desatar sus
pasiones, haciendo de la tarde una dulce velada de amor en la que al caer la
noche quedaron dulcemente extasiados con el disfrute de sus cuerpos. Él como colofón y vilmente engañada le recita unos versos llenos de fulgor
premeditadamente había escrito para dedicárselos a su dulce Antonella en esa
cita fallida.
¡ Piero Piero .. dulce Tenorio
Napolitano ! conquistador y seductor que paseas por el Danubio repartiendo
delicias y conquistando a todas las damas del lugar…
Continuará…
( para los que no leyeron el primer
capítulo está en la etiqueta de Relatos )
@Beatriz Martín