Un silencio helado se esparce en mi balcón,
hablando de tu ausencia sin rostro,
inexistente pasión húmeda, delirante,
que elude el ardiente deseo de un instante.
Yo asomada al mar, del cálido
sueño despierta,
entorpece los pasos del placer que las
olas enredan,
colirio necesito de tu tácto en el espejismo engañoso,
y mis labios se decepcionan, es la verdad del abandono.
Mi balcón clama silencio, la brisa arropa mi piel,
la lujuria se esparce, los sentidos se ponen de pie,
la helada esencia se enciende es la gozosa hoguera,
es el alma velada, que sueña volver a querer.
©Beatriz Martín
25/03/18