Vencida por la dulce espera de tu esencia,
aborda mis sentidos genuinos, por
el deseo del latido profundo de mi piel, en el pulso de mi alma. Mis sábanas soñolientas, huelen a mar rendidas
en la arena, el vaivén de las olas azotan a mi balcón y se alzan antes mis ojos
cerrados, por la ceguera del gozo cuando pronuncio tu nombre.
Tus contornos aún me miran en el desorden de una caricia mojada, van dibujando
beso a beso mi silueta, despacio, te
siento, murmuro, callo, me amo, te aguardo, te esparces penetras me hueles, me
amas, riegas los campos y la brisa fresca llega y el placer entre los dos llega
y la dicha exquisita nos besa.
©Beatriz Martín
09/03/19