CAPÍTULO IV GALÁN DEL VESUBIO
Antonella llegó puntual a la hora de
costumbre a su cita, su marido los lunes tiene una agenda muy apretada y no
llegaba a casa hasta bien entrada la noche lo que les permitía a los dos, vivir
y gozar de una velada gloriosa.
Él la recibió con mimos, cariños y halagos y su dulce Antonella estaba
radiante, en su rostro delata unas ansias de amar desenfrenada con la mirada
puesta en Piero y desnudando su piel con los ojos. Piero la cogió de la
mano para llevarla a la terraza y allí poder disfrutar a su lado de la vista
del mar y susurrarla al oído bellas palabras de amor como si de una maravillosa
poesía se tratara.
- Amore mío, que dulce eres, ven aqui y mímame como tú lo sabes hacer y Piero
cogiéndola de la cintura le da un apasionado beso profundo que
pareciera fueran a perder la respiración en su gozo.
- ¡ Ven mi dulce Antonella ! le tomó de la mano se la lleva para la habitación y allí delicadamente la recuesta
sobre la cama empezando a susurrar sobre su blanca piel el verso más bello de
amor con el borde de sus labios, mientras una música al fondo los acompañaba, boleros de antaño..... Antonella era una mujer muy temperamental y caliente en el amor y
con solo unas leves caricias empezó a clamar gemidos de placer sin todavía
haber empezado el mágico baile del amor. Las caricias de Piero eran como una pintura
gloriosa y celestial jamás plasmada y así comienzan el juego de la seducción
tatuándose en cada poro de su piel una exquisita huella de sus labios....
Ella se entrega, se rinde y él cabalga sobre ella como
potro desenfrenado, sin descanso pero sin prisa..... lentamente ,derramando
magia y pasión con su bandera enarbolada, gozos y gritos de place , lujurias
desatadas, parecen resonar en los jardines de Antonella - ¡ quiero más mi dulce
Amore !..... y así pasaron varias horas donde sus cuerpos humedecidos de gozo
anunciaban un divino éxtasis jamás soñado…
Pina a lo lejos desde su ventana, veía
con una cierta envidia sana la cara de la bella Antonella la cual tenía un brillo
especial después de haber el hecho el amor con su amante el romántico
Piero.
Pina estaba loca por saber sí en
realidad había estado con su bambino y al verla le preguntó
- Doña Antonella y ¿ de dónde viene?, sí
es algo que se puede saber claro...
- No me vengas con esas Pina, sabes
muy bien de donde vengo, y estás loca
porque te cuente, a veces pienso que a ti te gusta él, pero no creo que
mi dulce Amor se fije en ti jajaja, yo soy único y verdadero amor.
- ¿Cómo se le ocurre pensar eso ? yo solo
quiero a mi marido, mi Bernardino del alma y jamás le engañaría aunque
Don Piero me lo pidiera, además no es el tipo de hombre que a mi me gusta.
Bruno llega con el coche al garaje y baja
la ventanilla, preguntando
- ¿Se puede saber para dónde vas tan
arreglada a esta hora?
- ¡Amore mío!, que sorpresa no te esperaba,
precisamente le decía a Pina que iba a salir con Valeria, ya la
conoces... siempre va de punta en blanco y no podría ser menos que ella. Y
además tú qué haces aquí, los lunes llegas tarde.
- Se me quedó un documento en casa,... no me
gusta que vayas tan arreglada y guapa, le dijo con una pícara sonrisa
espero que no tardes tanto te quiero en casa cuando llegue, ven aquí , dame un
beso ya sabes cuanto te quiero.
- Mi amor no te preocupes solo será una
hora, yo solo tengo ojos para ti ¡Ti Amo!.
Piero después de disfrutar de ese bello
encuentro con su dulce Antonella , decidió pasar por el Bianchi le
gusta tener a Pina contenta, sabe muy bien que ella está derretida en dulces
mieles por él. Ella le hace todos los favores para estar con sus chicas del
Bianchi y le mantiene informado de lo que sucede ….. Y con una rosa blanca se
paseaba por la acera del portal sabe muy bien que Pina está día y noche asomada
a la ventana vigilando por si se me ocurre pasar por allí.
- ¡Mi Bambino! ¿qué haces por aquí ?
- Vine solo a dejarte esta rosa, mi adorada Pina y de paso a saludarte ya sabes cuanto te quiero.
A Pina le temblaban las piernas y su
corazón se iba acelerando, sueña día y noche, solamente con verle, disfruta cual bella flor regada por el rocío de la mañana ante la sonrisa de su
bello Piero.
-¿ Alguna novedad mi querida Pina ? Le preguntó en tono muy gentil y embaucador...
- Si mi bambino, Brunno la vio llegar
después de su encuentro contigo y sabrá Dios lo que habrá pensado ese hombre.
- ¿Qué dices? Mamma mía!, por Dios no se puede enterar pues es capaz de hacer
cualquier tontería si se siente engañado por ella, y los
celos son traicioneros.
- No te preocupes mi Piero, Antonella supo
salir de este traspiés gracias a mi, yo
misma confirmé su cuartada y ten la seguridad de que me he encargado de que
pareciera creíble.
@Beatriz Martín
Contnuará…