Caracas
La memoria se
desvanece, mi historia entre escenas navideñas se alza como las olas cuando rompen su silencio, así ha llegado a mi pluma
de forma súbita, los estrenos de 24 y 31 que tanta ilusión nos hicieron. Mi
vestido azul celeste con el cuello blanco bordado en flores, haciendo juego con
la diadema azul ,dibujada por hojas de
otoño. Mi poñina desatada que delata la rebeldía de mi alma, mis zapatos de patente
negro y su broche dorado. Mi hermano con un pantalón corto de gris sedoso brillante y una polo amarilla.
Corríamos
felices por toda la casa emocionados esperando la llegada del Niño Jesús,
al
mismo tiempo, nuestro moderno toca-disco lo último en los años 60, recién se
estrenó con la “Navidad que vuelve”, de
La Billo Caracas Boys,
y era continuamente
interrumpido por el ruido de los tumbarranchos
y bengalas que papá felizmente
lanzaba por la ventana, mientras a su lado le acompaña una vaso de whisky
Bucanan’s,
Mi madre vestida
de verde palmera caribeña se estrena con
una pulsera pesada de oro, luciendo un hermoso encaje victoriano, regalado por mi
tia María de los Angeles, sucesivamente, en un abrir y cerrar de ojos, un rayo
de bengala, torpedeó su vestido para pintarle un lunar negro grueso, haciendo un huequito llamativo, gritando
llegó Navidad, mis ojos se perdían en el agujero negro que jamás olvidaré, al
ver la bengala llena de alegría, tentada de
venir por mi, no volví acercarme
a papá, pensé de inmediato que me quedaría sin mi vestido azul, para recibir al Niño Jesús.
Mientras, mamá
corría de un lado a otro para dejar la
mesa en su punto, sacaba la vajilla de blanco de finos hilos dorados, los cubiertos de plata y sus copas cristal
de bohemia de exquisitos relieves de flores, y orgullosa decía: - fue un
regalo de boda-.
Los aromas mmm. recuerdo los aromas que llegaban de la cocina
el Bacalao de mi Madre era la misma gloria. En una esquinera con un mantel bordado
por mi abuelita que había viajado de Breña
Alta (Isla de La Palma) a Venezuela, sobre el reposa el Ponche Crema y de dama de compañía, tenía un plato colorido de Turrones, almendrados y
polvorones.
Así
transcurrió la nochebuena, llena de emoción e ilusión en la dulce espera de ver
regalos del Niño Jesús, bajo el árbol de Navidad.
©Beatriz
Martín
15/12/19
¡ Feliz Navidad Chiquillos !, que el Niño Jesús nuevamente en este año los visite y nazca lleno de amor, para desearles que los sueños bonitos se cumplan.
Reciban un abrazo enorme desde mi brillo del mar