miércoles, 23 de octubre de 2024

VICIO PERVERSO

 

(imagen bajada de internet)


El oxigeno me falta, en el medio del cemento me ahogo, me pregunto luego de 8 años, por qué aún el aire hace estragos, tengo que detenerme, una, dos y tres veces, mientras el corazón murmura, “respira” nadie te espera, pero el aire no da tregua. Mis pulmones se burlan y la tristeza se presenta resignada haciendo mueca.


Observo a mi derecha e izquierda, hombres y mujeres que van y vienen, con cierta agilidad, sin problema aparente. Me entra unos celos vergonzosos, hablando sola, “por qué no puedo respirar profundo como ellos”.


Sin embargo doy gracias a Dios esta noche, al padre amoroso, al hijo entrañable, amigo que nunca me falta y a su Espíritu Santo inspirador eterno. Doy gracias por mis pulmones ahogados, gracias a ellos, he dejado el vicio perverso.


Curiosamente jamás volví a sentir deseos, ni ganas de fumar será que la tormenta me comió por dentro, el humo me trastornó y el deseo está muerto. Su aroma da asco, da miedo.

Buenas noches...



©Beatriz Martín

23/10/2024