Me
extravío en el silencio madrugador, la soledad se refugia en mi interior y se
adueña de mis sábanas, mis sentidos se enmudecen y el grito ensordecedor del
deseo de amar, hace que viaje a una playa con su meseta coral, mi
corazón se acelera y recreo la escena donde forras con tu piel mi cuerpo
bronceado, bajo la sombra de una palmera caribeña que baila suavemente sobre
nosotros refrescando aquel sudor exquisito de nuestros poros, y alrededor unos
cocos partidos en dos, luego de haber bebido su jugo embriagador…Pero una
lágrima dulce por mi rostro rueda para incorporarme al regreso de mi habitación,
sentir el baño de soledades en mi y nuevamente late con fuerza mi corazón, con
la duda sí volveré a sentir y aún sin poder
dormir….
®Beatriz
Martín
30/06/15